En el contexto energético global y nacional, la Secretaría de Energía (SENER) desempeña un rol imprescindible en la formulación, coordinación y evaluación de las políticas públicas relacionadas con electricidad, hidrocarburos y energías limpias en México. Como órgano rector del sector, su alcance impacta directamente en la competitividad, seguridad energética y transición climática del país.
De acuerdo con datos oficiales, el sector energético representó el 7.8% del PIB nacional en 2023, siendo uno de los pilares económicos del país. La SENER no solo regula y planea, sino que dirige estratégicamente proyectos clave como el fortalecimiento de PEMEX, la modernización de CFE y el impulso a las energías renovables.
¿Cuáles son los principales ejes de acción de la SENER? ¿Qué desafíos enfrenta en una era marcada por la transición energética y la presión geopolítica? Este artículo ofrece un panorama completo.
Funciones clave de la SENER en el sistema energético nacional
La Secretaría de Energía, creada formalmente en 1994, concentra atribuciones críticas que abarcan desde la política de hidrocarburos hasta el fomento de energías limpias. Su función primordial es garantizar el suministro confiable, continuo y sustentable de energía para la población y la industria.
Entre sus atribuciones destacan:
- Formular y conducir la política energética del país.
- Regular y supervisar la exploración y extracción de hidrocarburos (Ley de Hidrocarburos).
- Diseñar mecanismos para promover energías renovables (Ley de Transición Energética).
- Coordinar proyectos estratégicos como Dos Bocas, y alianzas con organismos internacionales.
- Supervisar el cumplimiento de metas de reducción de emisiones.
Además, la SENER encabeza iniciativas como el Programa Sectorial de Energía 2020–2024, donde establece lineamientos hacia la autosuficiencia energética y la transición hacia tecnologías más limpias.
La SENER y la transición energética: entre metas y tensiones
Uno de los retos más visibles para la SENER es encabezar la transición energética sin comprometer la soberanía ni la estabilidad económica. Bajo la administración actual, la dependencia ha priorizado el rescate del sector fósil, con énfasis en refinación y generación térmica, lo cual ha generado debates en torno a los compromisos climáticos de México.
No obstante, también ha impulsado proyectos clave como:
- Desarrollo de parques solares en Sonora (Plan Sonora de Energía Sostenible).
- Promoción de tecnologías limpias mediante el FOTEASE (Fideicomiso para la Transición Energética).
- Coordinación con organismos multilaterales como la IRENA y la OLADE.
Según cifras de la propia dependencia, México alcanzó en 2024 una capacidad instalada de energías limpias del 31.5%, aunque aún lejos del objetivo del 35% marcado para 2024 por la Ley de Transición Energética.
Regulación, licitaciones y visión estratégica a largo plazo
La SENER actúa como regulador de alto nivel en coordinación con otros entes autónomos como la CRE (Comisión Reguladora de Energía) y la CNH (Comisión Nacional de Hidrocarburos). Aunque la reforma energética de 2013 redujo parcialmente su margen de acción, ha recuperado peso institucional en los últimos años.
Entre sus acciones más estratégicas destacan:
- Elaboración de los programas quinquenales de exploración y extracción.
- Control de permisos y asignaciones para empresas energéticas.
- Diseño de mecanismos de confiabilidad eléctrica y políticas de despacho.
En 2025, la dependencia ha declarado como prioridad fortalecer el contenido nacional en proyectos energéticos, integrar cadenas de valor locales y consolidar la autosuficiencia energética mediante políticas públicas más soberanas.
Críticas, transparencia y retos institucionales
La SENER también ha estado en el centro de cuestionamientos sobre transparencia, planificación técnica y relación con el sector privado. Organismos como el IMCO y el CCE han señalado falta de claridad en la planeación energética y ausencia de certidumbre jurídica para inversionistas en energías renovables.
Además, expertos señalan que el diseño institucional actual requiere fortalecer capacidades técnicas, actualizar marcos regulatorios y evitar duplicidades con otras entidades. Por ejemplo, la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) y la SENER aún presentan zonas de traslape normativo en materia de regulación ambiental.
Otro reto es la digitalización y mejora de plataformas como el Sistema de Información Energética (SIE), cuyo uso es esencial para la toma de decisiones por parte de sector público, empresas e investigadores.
Perspectivas de futuro: rumbo a una política energética integral
El futuro de la SENER estará determinado por su capacidad para equilibrar tres dimensiones: soberanía, sustentabilidad y competitividad. México enfrenta un entorno global en el que la descarbonización, la electrificación y la seguridad energética son temas estratégicos.
Los próximos años requerirán:
- Definir una hoja de ruta coherente hacia 2030 y 2050.
- Establecer metas intermedias verificables en energías limpias.
- Reforzar cooperación internacional y financiamiento verde.
- Garantizar inclusión social y reducción de la pobreza energética.
La participación de México en foros como el G20 Energía o la COP30 posicionará a la SENER como actor diplomático relevante. Sin embargo, para lograr un sistema energético resiliente y justo, será necesario robustecer su marco técnico, presupuestal e institucional.
El papel imprescindible de la SENER en el desarrollo energético de México
La Secretaría de Energía es una institución imprescindible para garantizar el desarrollo energético nacional. Su rol abarca desde la regulación de los combustibles fósiles hasta el diseño de estrategias para la transición energética.
Si bien enfrenta retos estructurales y tensiones políticas, también tiene la oportunidad de liderar una transformación energética justa, ordenada y soberana. El éxito de México en este ámbito dependerá, en gran medida, de la solidez técnica, institucional y política con la que la SENER opere en los años venideros.
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