De las emisiones a la energía
Los e-fuels o combustibles sintéticos están cambiando la forma en que entendemos la energía. En lugar de extraer petróleo, científicos e ingenieros están aprendiendo a fabricar combustibles a partir del dióxido de carbono que ya existe en la atmósfera.
Estos nuevos líquidos energéticos prometen un futuro donde los autos y los aviones sigan funcionando, pero sin aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Cómo se crean los e-fuels
El proceso comienza con la captura de CO₂, que se combina con hidrógeno verde —producido con energía solar o eólica— para formar hidrocarburos sintéticos. El resultado es un combustible que imita la gasolina o el queroseno, pero con una huella de carbono casi nula.
Empresas como Porsche, Siemens Energy y HIF Global ya están produciendo e-fuels en plantas piloto en Chile y Alemania. El proyecto Haru Oni, en la Patagonia, es uno de los más avanzados: aprovecha los fuertes vientos de la región para generar energía limpia y convertir CO₂ en combustible.
Aviación y autos más sostenibles
La aviación es una de las industrias más interesadas en estos combustibles. Aerolíneas como Lufthansa y Airbus están probando mezclas de e-fuels que pueden reducir hasta 90 % las emisiones sin modificar los motores actuales.

En el sector automotriz, marcas como Porsche y BMW ven en los e-fuels una forma de extender la vida de los vehículos existentes mientras avanza la electrificación. No se trata de reemplazar al auto eléctrico, sino de sumar una opción más limpia para los millones de motores que ya circulan.
El reto del costo
El principal desafío es económico. Hoy, producir un litro de e-fuel puede costar entre 6 y 10 dólares, mucho más que la gasolina tradicional. Sin embargo, los costos del hidrógeno verde están bajando, y la producción a gran escala podría volverlos competitivos hacia 2035, según la Agencia Internacional de Energía (IEA).
El CO₂ como nuevo recurso
La revolución de los e-fuels no solo es tecnológica, sino simbólica: el CO₂ pasa de ser un problema a convertirse en materia prima valiosa. Países con abundante energía solar o eólica, como Chile o México, podrían convertirse en productores clave de combustibles sintéticos en la próxima década.
El futuro ya despega
Los e-fuels ofrecen una ruta intermedia entre el petróleo y la electrificación total. Si la tecnología logra escalar, podríamos ver aviones, autos y barcos moviéndose con energía proveniente del propio aire.
Una idea que hace unos años parecía imposible, y que hoy ya está encendiendo motores.
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