Magnates petroleros de Oklahoma: del auge histórico a los nuevos liderazgos energéticos

De los pioneros como Frank Phillips y Thomas Gilcrease a los actores actuales que dominan el petróleo en Oklahoma, la historia energética del estado sigue moldeando la economía estadounidense.

Hace 4 horas
COMPARTIR
Depositphotos
Depositphotos

El corazón energético de América: magnates petroleros de Oklahoma

Los magnates petroleros de Oklahoma han sido protagonistas clave en la historia energética de Estados Unidos. Desde inicios del siglo XX, visionarios como Frank Phillips y Thomas Gilcrease transformaron pequeños pueblos en centros estratégicos del crudo. Hoy, aunque el panorama ha cambiado, su legado aún pesa sobre las decisiones industriales, económicas y políticas del estado.

De pioneros a íconos: la huella histórica del petróleo en Oklahoma

Oklahoma vivió uno de los mayores auges petroleros del siglo XX, atrayendo a inversionistas, exploradores y filántropos. Entre los más destacados:

Frank Phillips (1873–1950), fundador de Phillips Petroleum Company, fue un actor crucial del sector energético estadounidense. Establecido en Bartlesville, Oklahoma, su compañía llegó a ser una de las principales productoras de petróleo y gas del país. Phillips no solo lideró negocios, sino que también dejó una huella duradera a través de proyectos filantrópicos y culturales, incluyendo el célebre Woolaroc Museum & Wildlife Preserve.

Por su parte, Thomas Gilcrease (1890–1962), nacido en Luisiana pero afincado en Tulsa, se convirtió en millonario gracias a inversiones tempranas en concesiones petroleras. Su fortuna fue canalizada a la promoción del arte y la cultura, fundando el Gilcrease Museum, que hoy conserva una de las colecciones más amplias del arte de las Américas.

Estos magnates no solo explotaron el potencial energético de la región, sino que ayudaron a definir la identidad cultural y económica de Oklahoma.

¿Quién controla hoy el petróleo en Oklahoma?

A diferencia del siglo XX, el dominio petrolero ya no está en manos de figuras individuales, sino de corporaciones y consorcios multinacionales. Sin embargo, algunas familias con herencia en la industria siguen activas a través de fideicomisos, fundaciones o participación accionaria.

Actualmente, empresas como Devon Energy (sede en Oklahoma City) y Continental Resources (aunque con base en Dakota del Norte, opera en la cuenca Anadarko) lideran la producción regional. Devon, por ejemplo, ha sido uno de los principales desarrolladores de petróleo y gas no convencional en el estado.

Depositphotos
Depositphotos

También destaca la cuenca Anadarko, una de las más ricas en recursos en América del Norte, donde tecnologías de fracking y perforación horizontal han renovado la viabilidad económica del crudo y el gas. Esta nueva era se caracteriza por una fuerte dependencia de la tecnología, la automatización y el análisis geológico avanzado, desplazando la figura del magnate clásico.

Legado, desafíos y futuro: entre el petróleo y la diversificación energética

Aunque los nombres de Gilcrease y Phillips resuenan como íconos de una época de expansión petrolera, el estado enfrenta ahora desafíos complejos. Entre ellos:

  • Volatilidad de precios del petróleo crudo, afectada por tensiones geopolíticas y decisiones de la OPEP+.
  • La necesidad de diversificación económica, ante el avance de energías limpias.
  • El impacto ambiental y social de la producción, especialmente en comunidades indígenas o rurales.

No obstante, Oklahoma no ha abandonado su rol protagónico. Más bien, lo redefine. Hay crecientes inversiones en energía eólica y solar, así como en tecnologías de almacenamiento energético, posicionando al estado como un actor relevante también en la transición energética.

El legado de los magnates históricos permanece en museos, fundaciones y nombres corporativos. Pero el liderazgo actual responde a nuevas reglas: sostenibilidad, digitalización y adaptación global.

Perspectiva en transición: del petróleo tradicional a una nueva energía

Los magnates petroleros de Oklahoma marcaron una era de bonanza, expansión y construcción de poder económico. Su legado ayudó a moldear no solo la infraestructura del estado, sino también su cultura e identidad. Sin embargo, en el siglo XXI, el liderazgo en energía ya no se mide solo en barriles, sino en capacidad de adaptación, innovación tecnológica y compromiso con el entorno.

Oklahoma encara su futuro energético con una doble herencia: la fuerza de su pasado petrolero y la urgencia de una transformación sostenible. Mientras los nombres de Phillips y Gilcrease siguen vivos en la memoria colectiva, el verdadero reto está en construir un nuevo liderazgo acorde a las exigencias del siglo.

Te invito a leer:

Transición energética en México en el Día del Medio Ambiente