La infraestructura verde 2025 ya no es una aspiración: es una realidad que reconfigura cómo vivimos, producimos energía y habitamos las ciudades. Gobiernos, inversores y arquitectos coinciden en que estas megaobras son una respuesta efectiva a la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y las crecientes demandas urbanas. Más del 70 % de las emisiones globales de carbono provienen de entornos urbanos, lo que hace imprescindible integrar soluciones basadas en la naturaleza y tecnología para mitigar este impacto.
El año 2025 marca el inicio de una década decisiva: corredores verdes que unen regiones metropolitanas, plantas de energía híbrida que reemplazan combustibles fósiles y megaproyectos hidroeléctricos que buscan equilibrar seguridad energética con sostenibilidad ambiental. ¿Cuáles son las iniciativas que no solo redefinirán el paisaje urbano y rural, sino que también servirán como modelos replicables para las próximas generaciones?
Corredores urbanos verdes: movilidad y resiliencia
En Europa, uno de los proyectos más ambiciosos es el Arco Verde de Madrid, un corredor ecológico de 200 km que conecta 25 municipios mediante espacios naturales, sendas peatonales y ciclovías. Su más reciente hito, inaugurado en julio de 2025, es el puente peatonal sobre el río Henares, que une Mejorada del Campo con San Fernando y Torrejón.
En Granada, la renovación de la Avenida de Cervantes, con una inversión de 3,4 millones de euros, incluye pavimentos permeables, zonas de sombra y reforestación urbana para reducir el efecto isla de calor.
En Latinoamérica, Medellín continúa expandiendo sus corredores verdes bioclimáticos, que han recuperado más de 100 000 m² de espacio público y reducido hasta 2 °C la temperatura promedio en áreas intervenidas. Quito, por su parte, apuesta por integrar transporte público limpio y zonas naturales en su plan metropolitano de adaptación climática. Ciudad de México ha lanzado proyectos de “bosques urbanos” en zonas periféricas, como el Bosque Urbano Oriente, con 600 hectáreas y capacidad para capturar 90 000 toneladas de CO₂ anuales, mejorando biodiversidad y mitigando inundaciones.
Energía renovable: híbridos y producción limpia
En el terreno energético, el Gujarat Hybrid Renewable Energy Park en India lidera los proyectos de gran escala. Con una capacidad proyectada de 30 GW de energía solar y eólica, será el parque híbrido más grande del mundo, evitando aproximadamente 5 millones de toneladas de emisiones de CO₂ al año.
En Arabia Saudita, el NEOM Green Hydrogen Project avanza con una capacidad de 3,9 GW y una inversión de 8 400 millones USD, para producir hidrógeno verde y amoníaco limpio a partir de 2026.
En América Latina, el hub de hidrógeno verde en Ceará, Brasil, respaldado por el Global Gateway de la Unión Europea, busca transformar el noreste brasileño en un polo global de producción y exportación de energía limpia.
A esto se suma el proyecto H2Med, que conectará la península ibérica con Francia y Alemania mediante un gasoducto exclusivamente para hidrógeno verde, con una inversión inicial de 2 500 millones de euros, consolidando a Europa como líder en la transición energética.
Hidroeléctricas con visión ambiental
El megadique del río Yarlung Zangbo en el Tíbet, cuya construcción comenzó en julio de 2025, se proyecta como la hidroeléctrica más grande del mundo, con cinco estaciones encadenadas y una inversión de 1,2 billones de yuanes (≈168 000 millones USD).
En África, el Grand Inga Dam en la República Democrática del Congo busca generar entre 40 y 70 GW, lo suficiente para abastecer gran parte del continente con energía renovable. Si bien estos proyectos enfrentan críticas por sus impactos ambientales y sociales, representan un cambio hacia modelos energéticos menos dependientes de combustibles fósiles.
Regeneración ecológica en ciudades
La infraestructura verde también tiene rostro local. En Andalucía, el municipio de Andújar aprobó un plan de 3,5 millones de euros para cuadruplicar su superficie verde, aumentar el arbolado de 8 000 a 15 000 ejemplares y conectar áreas urbanas con corredores ribereños.
En Asia, Singapur refuerza su estrategia de “ciudad jardín” con el Park Connector Network, que ampliará su red de corredores verdes a más de 500 km para 2030, mejorando la conectividad ecológica y fomentando el transporte activo.
Asociaciones globales y financiamiento sostenible
La iniciativa Global Gateway de la Unión Europea ha identificado 46 proyectos emblemáticos para 2025, combinando inversión pública y privada en clima, transporte y energía sostenible. Este modelo de cooperación multilateral no solo garantiza el acceso a financiamiento verde, sino que promueve la transparencia y la rendición de cuentas en proyectos complejos.
El camino hacia una década decisiva
La infraestructura verde 2025 no es un lujo, es un imperativo global. Desde corredores urbanos que mejoran la calidad de vida hasta plantas de hidrógeno que diversifican matrices energéticas, estas megaobras muestran que sostenibilidad y crecimiento pueden avanzar de la mano.
El éxito de esta transformación dependerá de tres factores: planificación integral, participación ciudadana y mecanismos de financiamiento innovadores. Las próximas decisiones marcarán si estos proyectos serán hitos aislados o el inicio de un modelo replicable a nivel global.
Invertir en infraestructura verde es invertir en resiliencia, competitividad y bienestar a largo plazo. La década que comienza ofrece una oportunidad histórica que no puede desaprovecharse.
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