Petróleo y transición energética: escenarios 2025-2035

La transición energética redefine el rol del petróleo en los próximos 10 años. Entre inversiones en renovables y políticas climáticas, el sector enfrenta un horizonte de cambios que transformará su estructura y demanda.

Hace 15 horas
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El debate sobre el petróleo en medio de la transición energética se intensifica. Aunque la demanda global de crudo alcanzará cerca de 104 millones de barriles por día en 2025, las proyecciones a 2030 y 2035 indican una desaceleración impulsada por el auge de energías limpias y la electrificación del transporte.

Las inversiones en tecnologías renovables, los objetivos de descarbonización y el impulso de políticas climáticas más estrictas, como los acuerdos previos a la COP30, marcan un punto de inflexión. ¿Qué escenarios se perfilan para el periodo 2025-2035?

El mercado petrolero en 2025

La Agencia Internacional de Energía (AIE) estima que el crecimiento de la demanda de crudo se reducirá a su tasa más baja en una década, con un incremento de apenas 700 000 barriles diarios en 2025. Sin embargo, la OPEP mantiene previsiones más optimistas, con aumentos de hasta 1.3 millones de barriles diarios, impulsados por países emergentes de Asia.

La producción de Estados Unidos, Canadá y Brasil sigue en alza, generando un exceso de oferta de hasta 1 millón de barriles por día, lo que ha mantenido el precio del crudo entre 58 y 82 dólares en gran parte de 2025. Este contexto evidencia un mercado en transición, pero no aún en declive estructural.

Renovables y políticas climáticas en ascenso

La energía renovable ha superado las expectativas de inversión, con un récord de 2 billones de dólares en 2024, frente a los 1.2 billones destinados a los combustibles fósiles. China, por ejemplo, instaló 198 GW de capacidad solar y 46 GW de eólica en los primeros cinco meses de 2025, representando el 93 % de las nuevas incorporaciones.

La transición también está acelerada por la adopción de autos eléctricos. Las ventas globales de vehículos de nueva energía (NEV) crecieron 43 % en el primer semestre de 2025, una señal de que la demanda de combustibles fósiles en el transporte personal podría alcanzar su punto máximo en menos de cinco años.

Escenarios hacia 2030: el pico de demanda

Las proyecciones de la AIE y la OPEP coinciden en que el pico de demanda de petróleo podría llegar entre 2029 y 2031, dependiendo del ritmo de electrificación global y de la regulación climática. Si se cumplen los objetivos de reducción de emisiones de la ONU y la Unión Europea, la demanda podría caer hasta un 10 % para 2035, lo que obligará a una reconfiguración de las inversiones en upstream y downstream.

Además, los cambios fiscales, como impuestos al carbono y subsidios para tecnologías limpias, podrían desincentivar el uso del petróleo como fuente primaria. Países como Noruega, Reino Unido y Canadá ya planean límites a nuevas exploraciones después de 2030.

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Transformación tecnológica y diversificación

Para enfrentar la transición, las grandes petroleras están acelerando su transformación en empresas energéticas integrales. ExxonMobil, BP y Shell destinan miles de millones a hidrógeno azul, biocombustibles avanzados y captura de carbono (CCUS). Esta última tecnología, clave para reducir emisiones de procesos industriales, podría ser un factor determinante para que el crudo mantenga un rol en sectores difíciles de electrificar, como la aviación o el transporte marítimo.

La digitalización también está marcando el camino: el uso de inteligencia artificial y gemelos digitales en exploración y refinación ha permitido reducir costos y optimizar la producción, mejorando la eficiencia energética.

Factores que definirán el futuro del petróleo

  1. Regulación climática global: las decisiones de la COP30 y COP31 serán cruciales para marcar el ritmo de descarbonización.
  2. Avances tecnológicos: el hidrógeno verde y la captura de carbono podrían redefinir el papel del petróleo.
  3. Geopolítica y seguridad energética: las tensiones comerciales entre EE. UU. y China impactan la estabilidad de precios y flujos de exportación.
  4. Movilidad eléctrica masiva: si los vehículos eléctricos alcanzan el 50 % del mercado global en 2030, el impacto en la demanda será irreversible.

Hacia 2035: un nuevo paradigma energético

En el horizonte 2035, el petróleo podría mantener una cuota relevante en sectores industriales y petroquímicos, pero con un peso menor en transporte y generación eléctrica. Los países que logren diversificar su matriz energética y desarrollar tecnologías limpias tendrán ventaja competitiva en el mercado global.

La transición energética no es solo una reducción del uso del crudo, sino una transformación sistémica que redefine la economía global. Para el sector petrolero, esto implica evolucionar hacia modelos híbridos, con inversiones en renovables, almacenamiento de energía y soluciones de bajas emisiones.

Perspectiva final

El periodo 2025-2035 será decisivo para determinar si el petróleo experimenta una lenta transición o una verdadera transformación. El ritmo de inversión en energía limpia, el fortalecimiento de la política climática y la innovación tecnológica marcarán el destino de esta industria.

La pregunta clave no es si el petróleo desaparecerá, sino cómo se adaptará para convivir con un mundo cada vez más enfocado en la energía sustentable. Los próximos diez años serán un laboratorio de cambios donde las decisiones políticas y empresariales definirán el panorama energético del siglo XXI.

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