El lujo que florece desde el suelo
En la región de Champagne, la historia del vino más emblemático del mundo se entrelaza hoy con un relato inesperado: la regeneración. LVMH, casa matriz de Dom Pérignon, Moët & Chandon y Veuve Clicquot, impulsa una nueva era de viticultura regenerativa, donde el lujo no solo se mide en burbujas, sino en biodiversidad y carbono capturado.
El grupo francés ha iniciado un proceso de transformación profunda en sus viñedos: restaurar la vida microbiana del suelo, reducir el uso de químicos y fomentar ecosistemas resilientes. En un contexto donde el cambio climático amenaza la calidad del terroir, la sostenibilidad deja de ser discurso para convertirse en estrategia de supervivencia y prestigio.
De la herencia al futuro verde del Champagne
La viticultura regenerativa va más allá de la agricultura orgánica: busca devolver al suelo más de lo que se toma de él. En Champagne, los equipos de LVMH aplican métodos de cobertura vegetal natural, rotación de cultivos, compostaje y técnicas biodinámicas adaptadas al clima continental francés.
Moët Hennessy, la división de vinos y destilados del grupo, lanzó en 2021 su programa “Living Soils Living Together”, con el objetivo de proteger más de 2,000 hectáreas de viñedos y promover prácticas regenerativas entre productores asociados. Esta iniciativa busca crear un efecto multiplicador: que las casas más prestigiosas del mundo se conviertan en escuelas vivas de sostenibilidad.
“El suelo es inherente a nuestro negocio; sin él, no hay futuro posible para el vino”, afirmó Philippe Schaus, CEO de Moët Hennessy, al presentar la iniciativa Living Soils
La frase sintetiza la filosofía del grupo: el suelo no solo es un recurso agrícola, sino un patrimonio cultural que debe preservarse. Cuidarlo es cuidar la identidad del Champagne.
Champagne y carbono: el lujo invisible
El suelo es el nuevo oro verde del lujo. Cada hectárea gestionada bajo principios regenerativos puede capturar hasta 3 toneladas de CO₂ por año, según la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV). En Champagne, esa captura no solo representa mitigación ambiental, sino un activo reputacional.
LVMH ha comenzado a invertir en monitoreo satelital y sensores de humedad para optimizar el uso del agua y medir la salud del suelo. El objetivo: convertir cada parcela en un laboratorio vivo de innovación natural. El lujo se vuelve así una experiencia integral —un equilibrio entre placer, tecnología y respeto por la tierra.

Viajes, innovación y la estética de lo natural
La tendencia hacia el lujo regenerativo conecta con un viajero más consciente. Las experiencias de enoturismo en Champagne ya integran recorridos educativos, talleres de compostaje y catas con narrativa ambiental. Marcas como Ruinart han diseñado bodegas subterráneas con energía renovable y materiales reciclados, integrando arte contemporáneo y sostenibilidad.
Este nuevo paradigma redefine el savoir-faire francés: no solo producir el mejor champagne, sino hacerlo posible dentro de un equilibrio con la naturaleza. El lujo moderno se convierte así en una fuerza restauradora.
Un lujo que deja raíces
La apuesta de LVMH por la viticultura regenerativa marca una nueva narrativa: el lujo que no extrae, sino que devuelve. En una década, los viñedos de Champagne podrían convertirse en referencia mundial de resiliencia agrícola, donde el brillo de una copa también refleje el resurgir del ecosistema que la hizo posible.
El lujo del futuro será, inevitablemente, el que florece con la tierra.
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