Chanel ha inaugurado su boutique insignia en La Isla Cancún, un enclave paradisíaco que trasciende con elegancia el clásico punto de venta de lujo. Este santuario de moda fusiona el savoir-faire parisino con la brisa caribeña, en un espacio de 360 m² diseñado por Peter Marino, arquitecto de cabecera de la maison, quien tomó inspiración del emblemático apartamento de Gabrielle Chanel en Rue Cambon .
Al entrar, la atmósfera seduce los sentidos. Mármoles blancos Thasos y piedra volcánica negra visten las paredes, mientras mobiliario tapizado en tweed y toques de bronce pulido recuerdan la esencia sofisticada de Chanel . El recorrido comienza con una pared resplandeciente de bolsos: los icónicos 2.55, 11.12 y el recién lanzado Chanel 25 deslumbran junto a una selección exquisita de gafas, marroquinería, bisutería y fragancias de la línea Les Exclusifs .
Destacan dos salones dedicados al prêt‑à‑porter, donde la colección Métiers d’art 2024/25 —presentada en Hangzhou— brilla en tonos azul cielo, negro y dorado, con tejidos bordados a mano inspirados en biombos Coromandel . Un enclave minimalista, íntimo, con arte contemporáneo de Priscilla Rattazzi y Eric Haze que enmarca los probadores con delicadeza .
El salón de calzado reserva un diseño especial: sillones de tweed, sillas de bronce y una cuidada selección de slingbacks, bailarinas y novedades de Métiers d’art . En la sección de relojes y alta joyería, relucen piezas como Première, J12, Coco Crush, N°5 y Camélia, despliegue que reafirma el alto nivel artesano de la maison .
La boutique no es un simple espacio comercial: es un refugio sensorial donde el aroma, la luz, el arte y el mar convergen en un ritual de lujo que reescribe el concepto de shopping. Con esta apertura en Cancún, Chanel no solo amplía su footprint en América Latina —tras su tienda temporal en Artz Pedregal CDMX— sino que también posiciona a la Riviera Maya como un destino obligado para los amantes del estilo y la exclusividad .
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