La era de Warren Buffett como uno de los principales inversionistas en BYD, la automotriz china líder en vehículos eléctricos, llegó a su fin. Berkshire Hathaway confirmó en su reporte trimestral que liquidó la totalidad de su participación en la compañía al cierre de junio de 2025, poniendo punto final a una relación de 17 años iniciada en 2008, cuando el “Oráculo de Omaha” apostó por los autos eléctricos mucho antes de que Tesla se convirtiera en un fenómeno global.
La noticia llega en el momento más complicado para BYD. Sus ganancias se desplomaron más de 30 % en el último trimestre, presionadas por la guerra de precios en China y un mercado global cada vez más competitivo. Además, México —uno de los territorios clave para la expansión de la marca en América— anunció aranceles de hasta 50 % a los autos chinos, lo que complica los planes de crecimiento de la compañía en la región.
Aunque la venta de acciones representa una toma de utilidades para Berkshire —que compró títulos a entre 8 y 10 dólares de Hong Kong y los vendió en torno a 109 HKD— el movimiento envía un mensaje contundente: el negocio de los autos eléctricos enfrenta un entorno de alto riesgo. Buffett ya había advertido que “la industria automotriz es demasiado difícil” para ofrecer retornos consistentes a largo plazo, y su salida refuerza esa percepción en un escenario donde los inversionistas migran a activos más seguros como bonos del Tesoro.
El impacto fue inmediato: las acciones de BYD cayeron 3.3 % tras el anuncio. En redes sociales, el director de la automotriz, Li Yunfei, agradeció públicamente el apoyo de Berkshire durante casi dos décadas, en un intento por tranquilizar a los mercados. Sin embargo, la salida de Buffett deja a la compañía vulnerable justo cuando México se convierte en un campo de batalla de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, lo que podría frenar la aceptación de los autos chinos en el país.
Ranking de los principales fabricantes de automóviles según el volumen de ventas a nivel mundial en 2024
Año tras año, China no solo se afirma como el mayor productor automovilístico del mundo, sino que logra mantener un margen notable respecto al resto de potencias. No solo eso, ya que es la única de las grandes potencias que tras un 2020 negro no solo ha retornado a la tendencia creciente de sus ventas de turismos, sino que ha logrado superar la cifra de 2019, esto es, antes del inicio de la pandemia. Esta historia, sin embargo, no se repitió en el caso de Estados Unidos. El mercado estadounidense no solo no pudo detener la caída en 2022, sino que registró el volumen más bajo de ventas de los últimos 15 años. Eso sí, la situación cambió en 2023, donde finalmente recuperó la senda del crecimiento
Los vehículos electrificados siguen ganando terreno
La cada vez mayor concienciación medioambiental de la población parece haber impulsado las ventas de vehículos electrificados en el mundo en los últimos años. Eso sí, China y Estados Unidos continúan siendo los principales mercados de este tipo de automóviles a nivel mundial, a una notable distancia del resto de países. Una realidad que no sorprende teniendo en cuenta que BYD y Tesla, dos de los mayores fabricantes de coches eléctricos puros, tienen su sede, precisamente, en dichos Estados.