Avances en Captura de Carbono: El Pivote Tecnológico de la Industria Petrolera

La industria energética se encuentra en una encrucijada, confrontando la necesidad de descarbonización frente a la demanda global de combustibles fósiles. En este contexto, los avances en captura de carbono emergen como una solución tecnológica clave.

Hace 8 horas
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La industria energética global se encuentra bajo una intensa presión para reducir su huella de carbono. Mientras la transición hacia fuentes renovables avanza, la demanda de combustibles fósiles persiste, creando un desafío dual. En este escenario, los avances en captura de carbono (CCS, por sus siglas en inglés) han dejado de ser una simple opción teórica para convertirse en un pilar estratégico de la descarbonización.

Esta tecnología permite capturar el dióxido de carbono (CO2​) antes de que ingrese a la atmósfera, ofreciendo a las empresas petroleras una herramienta crucial para mitigar sus emisiones y redefinir su papel en el futuro energético. La implementación de CCS no solo es una respuesta a la regulación ambiental, sino también una oportunidad para innovar y crear valor económico sostenible.

Innovación Tecnológica y Proyectos Emblemáticos

El panorama de la captura de carbono está evolucionando rápidamente. Las tecnologías de captura post-combustión, que separan el CO2​ de los gases de escape, han mejorado su eficiencia y reducido costos. Un ejemplo destacado es el proyecto de captura de carbono a gran escala de la refinería Port Arthur de Motiva Enterprises, en Texas, que se estima capture más de 200,000 toneladas de CO2​ anualmente. De igual forma, las tecnologías de captura de combustión con oxigeno (oxicombustión) están ganando terreno.

En Europa, el proyecto Northern Lights en Noruega, respaldado por Equinor, Shell y TotalEnergies, representa un hito. Esta iniciativa no solo se enfoca en la captura, sino también en el transporte marítimo y el almacenamiento geológico del CO2​, creando la primera infraestructura de transporte de CO2​ de código abierto del mundo, con una capacidad inicial de 1.5 millones de toneladas al año, proyectada para operar desde 2024.

Además de los proyectos a gran escala en instalaciones industriales, la innovación se extiende a tecnologías de captura directa del aire (DAC, por sus siglas en inglés). Empresas como Climeworks están liderando este campo con proyectos como Mammoth en Islandia. Esta instalación, la más grande de su tipo, extrae CO2​ directamente de la atmósfera, un avance crucial para abordar las emisiones históricas y aquellas de fuentes dispersas.

Aunque la DAC aún enfrenta altos costos energéticos, su desarrollo demuestra un compromiso con soluciones que van más allá de las emisiones de las plantas, y se perfila como una herramienta complementaria fundamental en la estrategia global de reducción de carbono. Se espera que en 2025 se produzca un número récord de decisiones de inversión final para nuevos proyectos, lo que indica una aceleración en la adopción de estas tecnologías.

El Rol de la Captura de Carbono y su Almacenamiento Geológico

El almacenamiento geológico del CO2​ es tan importante como su captura. Se trata de inyectar el gas en formaciones subterráneas profundas, como acuíferos salinos o yacimientos de petróleo y gas agotados. Esta técnica ha sido estudiada durante décadas y se considera una opción segura y permanente para el almacenamiento a largo plazo.

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Según un informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA) de 2024, el potencial de almacenamiento geológico global es inmenso, con estimaciones que sugieren que hay suficiente capacidad para almacenar miles de gigatoneladas de CO2​. En la actualidad, más de 30 proyectos de CCS a gran escala están en operación a nivel mundial, con muchos más en desarrollo.

La inversión total en proyectos de CCS ha crecido de manera exponencial, alcanzando más de 4,000 millones de dólares en 2023, según el Global CCS Institute. Esta cifra subraya el creciente compromiso del sector privado y gubernamental con la tecnología.

Desafíos regulatorios y la perspectiva económica de la captura de carbono

A pesar del auge tecnológico, la implementación masiva de la captura de carbono enfrenta desafíos significativos, principalmente en el ámbito regulatorio y económico. Un marco legal claro es fundamental para gestionar los riesgos asociados al almacenamiento, definir la propiedad del subsuelo y establecer estándares de monitoreo y verificación.

En 2024, la Unión Europea y Estados Unidos han implementado políticas más favorables, como créditos fiscales y financiamiento público, para acelerar la adopción de CCS. Sin estos incentivos, el alto costo inicial de las instalaciones puede ser una barrera.

El uso de CO2​ capturado en procesos industriales, conocido como CCUS (Captura, Uso y Almacenamiento de Carbono), está abriendo nuevas vías para la viabilidad económica, como la producción de plásticos, combustibles sintéticos o la recuperación mejorada de petróleo (EOR), lo que genera un valor adicional y hace que la inversión sea más atractiva.

El Futuro de la Industria Energética y el Legado del Carbono

Los avances en captura de carbono son una pieza central en el rompecabezas de la descarbonización. El camino hacia la sostenibilidad para la industria petrolera no es simple, pero la innovación en CCS le proporciona una herramienta viable para reducir su impacto ambiental y cumplir con los objetivos climáticos.

A medida que las tecnologías se vuelven más asequibles y las políticas de apoyo se consolidan, es probable que veamos una expansión significativa en los proyectos de CCS. Esta expansión será crítica para asegurar que la industria pueda seguir suministrando energía de manera responsable, mientras se avanza hacia un futuro de bajas emisiones.

La inversión en estas tecnologías no es solo una cuestión de cumplimiento, sino una apuesta estratégica por la resiliencia y la relevancia en la economía del futuro, donde el carbono capturado podría convertirse en un recurso, y no solo en un residuo.

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