México vive en 2025 un despegue histórico en la producción de hidrógeno verde, con nuevos proyectos, inversiones millonarias y la instalación de su primera planta.
Hace 50 minutos
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Foto: Depositphotos
En 2025, el consumo industrial de energía y con ello el debate sobre contaminación, dependencia de combustibles fósiles y competitividad económica ha puesto al hidrógeno verde en el centro de la estrategia energética y de desarrollo industrial del país. Bajo la anunciada intención de transformar a México en un polo clave de producción y exportación, el hidrógeno limpio emerge como una apuesta de largo plazo con múltiples beneficios ambientales, económicos y geoestratégicos. De acuerdo con datos del Global Hydrogen Compass 2025, China lidera en inversión renovable, mientras que Estados Unidos en baja emisión de carbono o llamado (hidrógeno azul). ¿Pero México en qué postura se encuentra?
Israel Hurtado, de la Asociación Mexicana de Hidrogeno, detalla en exclusiva para Petróleo y Energía, cómo está cerrando el año México en cuestión de aprovechamiento de hidrógeno «Nos encontramos en una muy buena posición, con 28 proyectos en marcha en diferentes etapas de desarrollo. Además, actualmente tenemos en marcha una hoja de desarrollo, por parte de la Secretaría de Energía, que esperamos a principios del próximo año se publique y pueda señalar un camino, además de la colaboración directa con la Secretaría para el desarrollo del hidrógeno limpio» mencionó el experto.
¿Por qué importa el hidrógeno verde para México?
Durante este año, se reportó que en el país hay 24 proyectos en desarrollo de hidrógeno verde con una inversión estimada de 21 mil 227 millones de dólares.
Estos proyectos no sólo abarcan producción de hidrógeno, sino también derivados como amoniaco verde y metanol verde/azul, con proyecciones concretas de producción: 196,707 toneladas de hidrógeno, 970,000 toneladas de amoniaco verde y 2.1 millones de toneladas de metanol.
Para lograrlo, el plan prevé desplegar más de 4,100 MW de capacidad solar y eólica, lo que impulsa simultáneamente el desarrollo de infraestructura renovable en distintas regiones del país.
Esto representa un esfuerzo de escala: transformar no sólo la matriz energética, sino también generar una nueva industria basada en energías limpias, con potencial de convertirse en un motor de crecimiento económico, industrial y ecológico para México. Con la apertura de la primera planta de hidrógeno en México inaugurada en Querétaro, traza una ruta hacía más posibilidades de inversión para el hidrógeno.
«Con estos avances ya es una realidad, impulsa mucho el mensaje sobre que ya existe una producción de hidrógeno verde en el país, lo cual es un ejemplo vivo de que el hidrógeno sigue avanzando. Es una muy buena señal para la industria» agrega Israel Hurtado.
Logros recientes
Por otro lado, otro proyecto localizado en el estado de Sinaloa una planta con parque solar y producción de hidrógeno verde y energía fotovoltaica recibió autorización ambiental en 2025 para operar.
Además, consorcios nacionales e internacionales planean instalar plantas de electrólisis de gran escala, como la iniciativa con Techint Engineering & Construction y Siemens Energy, que buscan diseñar una planta de 210 MW para producir hidrógeno verde que en su fase operativa podría generar más de 4,000 kg por hora dentro del proyecto “Pacífico Mexinol”.
Estos desarrollos no sólo simbolizan avances tecnológicos e industriales, sino que indican que México apuesta por integrar el hidrógeno verde en su matriz energética, su industria química y su estrategia de exportaciones.
Proyecciones futuras
Convertirse en un hub exportador de hidrógeno verde y derivados limpios: con los proyectos actuales en marcha y los planificados México podría abastecer tanto al mercado interno como a mercados internacionales, sobre todo considerando su proximidad geográfica con Estados Unidos.
Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero: sustituir combustibles fósiles por hidrógeno limpio en sectores industriales y energéticos contribuye directamente a objetivos de sostenibilidad y mitigación del cambio climático.
Diversificación económica y creación de empleos: la industria del hidrógeno verde puede generar inversión, demanda de mano de obra especializada, desarrollo tecnológico, y reactivación económica en regiones apartadas.
Modernización del sector energético y ventaja competitiva internacional: al combinar energías renovables (solar, eólica) con producción limpia, México se posiciona como un país confiable para inversiones en energías limpias y sostenibilidad, con potencial para atraer capital extranjero y fortalecer su seguridad energética.
No obstante, el camino no está exento de desafíos. La producción a gran escala todavía requiere inversiones significativas, además de infraestructura, regulaciones claras, incentivos, y una coordinación efectiva entre gobierno, empresas y sectores energéticos. Aun así, los pasos dados en 2025 muestran que México no sólo habla de transición energética: la está construyendo y con hidrógeno verde como eje central.
El 2025 podría marcar un antes y un después en la forma como México produce y consume energía. Con el hidrógeno verde, el país no solamente enfrenta su dependencia de combustibles fósiles, sino que se posiciona hacia un futuro más limpio, competitivo y sostenible.