Con los esfuerzos constantes para avanzar en temas de transición energética en el país, los temas de bioenergía cobran cada vez más relevancia en el país, tal es el caso de Nescafé, que desde el 2017 ha incursionado en el uso de renovables para el funcionamiento de sus plantas.
La empresa, preocupada por avanzar en la reducción de emisiones de CO2 y dejar la dependencia de los combustibles fósiles para el funcionamiento de las plantas para elaborar sus productos, comenzó con la iniciativa hace algunos años de utilizar los residuos orgánicos derivados del café llamado «bagazo«. Destacándose en materia de energías renovables con la biomasa.
¿Qué es la biomasa?
Se trata de la utilización de materia o residuos orgánicos para la generación de energía, ya sea de origen vegetal o animal. A través de la quema de estos es que se obtiene calor o un potencial combustible líquido o gaseoso. Con el transcurso de los años, se ha explorado mucho más en campo de la bioenergía para la generación de electricidad o calor, además de la producción de biocombustibles.
La biomasa se puede dividir de forma natural y residual:
- Natural: no requiere de la intervención humana para que se dé este proceso
- Residual: derivado de las actividades humanas como la agricultura, en donde se derivan desechos de cáscaras y subproductos de cosechas; forestales, en donde se aprovechan ramas, aserrín, etc.; agroindustriales en donde se aprovechan las cascaras del café; y por último los residuos urbanos, derivados de la basura doméstica
Es aquí donde Nescafé encontró una gran área de oportunidad con los residuos de cáscaras de café para la generación de energía. Mediante su proceso de producción para la elaboración de sus productos, se requiere calor, por lo que, haciendo uso de calderas alimentadas por el bagazo del café, es que se genera calor auxiliada por gas natural.
La fabrica más grande en el mundo con la que cuenta Nescafé, se encuentra en Toluca, estado de México, en donde esta técnica ha sido implementada, aprovechando por su parte también, la cosecha de café de Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Puebla en al menos el 70% en cada frasco elaborado.
El calor producido con este método renovable cubre al menos el complejo de Toluca en su totalidad y redujo la demanda de gas en al menos un 30% y la mitigación de más de 23 mil toneladas de CO2 equivalentes al año.
Con una inversión cercana a los 350 millones para el aprovechamiento de este proyecto, el ahorro de costos en su producción ha sido favorable, además de representar un avance para dejar las energías fósiles.
De acuerdo con Paulo Zendejas, gerente de fábrica en Toluca, esta acción significativa, no solo hace la diferencia con sus procesos de producción, también abre el dialogo a la conciencia social y ambiental de los empleados de Nescafé, quienes aprenden nuevos métodos para la generación de energía renovable.