En respuesta a la presión del sector gasero, el gobierno de México, a través de la Secretaría de Energía (Sener), ha iniciado un análisis técnico para revisar la metodología de precios del gas LP, con el objetivo de garantizar la viabilidad financiera de los distribuidores y proteger el bolsillo de millones de hogares.
La medida surge tras el anuncio de un paro técnico por parte de plantas de distribución y empresas del sector, que advierten que la tarifa actual de distribución es insuficiente para sostener operaciones seguras y eficientes.
La Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado y Empresas Conexas (AMEXGAS) ha solicitado a sus agremiados posponer el paro programado, en espera de que las mesas de diálogo con el gobierno concluyan el proceso de revisión y comprobación de gastos operativos.
“Acordamos realizar una revisión técnica de sus costos operativos como la vía para la determinación de un precio justo”, señaló la Sener en un comunicado oficial.
Actualmente, el sector solicita establecer una tarifa mínima de 4.25 pesos por litro, que consideran indispensable para mantener en operación los sistemas de distribución y garantizar la seguridad en el servicio. La falta de ingresos suficientes ha limitado la capacidad de las empresas para invertir en mantenimiento y renovación de infraestructura, lo que representa riesgos técnicos crecientes.
En este contexto, la Sener reiteró su compromiso de mantener el diálogo abierto y constructivo, con el fin de asegurar tanto la continuidad del servicio como la asequibilidad del gas LP, que es utilizado por más del 70% de los hogares mexicanos.
La próxima semana se espera que continúe la mesa técnica, donde se definirá si habrá ajustes a la fórmula de precios máximos establecida por la Comisión Reguladora de Energía (CRE). Mientras tanto, los distribuidores se mantienen en estado de alerta, a la espera de una resolución que permita equilibrar costos y mantener operativa una industria estratégica para el país.