Durante el primer cuatrimestre del 2025, el Gobierno de México ha destinado prácticamente todos sus ingresos petroleros a Petróleos Mexicanos (Pemex), dejando una mínima aportación neta a las finanzas públicas. Según datos oficiales, el 98% de los recursos obtenidos por renta petrolera fueron transferidos a la empresa productiva del Estado para apuntalar su delicada situación financiera.
Entre enero y abril del presente año, los ingresos petroleros totales del gobierno federal ascendieron a 90,600 millones de pesos, lo que representa una recuperación del 44% en términos reales frente al mismo periodo de 2024, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). No obstante, 88,400 millones de pesos fueron canalizados directamente a Pemex vía transferencias realizadas por la Secretaría de Energía, según reveló el think tank México Evalúa.
Esto significa que el gobierno federal apenas conservó 2,200 millones de pesos netos como aportación a sus finanzas públicas, una cifra que, si bien es positiva frente a la pérdida neta de 33,000 millones de pesos registrada en el mismo periodo del año anterior, se mantiene como el segundo peor resultado desde que se tiene registro.
Además de los apoyos directos, Petróleos Mexicanos recibió en total 224,662 millones de pesos de la renta petrolera nacional entre enero y abril de 2025, lo que equivale al 71% de todos los ingresos generados por el sector durante ese periodo. Esta concentración refuerza el papel central que sigue jugando Pemex en la política energética nacional, a pesar de su alta carga fiscal, operativa y de deuda.
Analistas advierten que esta dependencia presupuestaria de Pemex puede poner en riesgo el equilibrio de las finanzas públicas, especialmente en un contexto donde los precios del petróleo presentan alta volatilidad y el país avanza hacia una transformación energética con nuevas reglas y restricciones al capital privado.
La actual administración, encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha reiterado que Pemex se mantendrá como eje del sector energético nacional. Sin embargo, la prioridad de sostener a la petrolera con recursos públicos plantea interrogantes sobre la viabilidad de mantener este modelo en el mediano plazo, especialmente cuando otras áreas del sector energético también requieren inversión para cumplir con metas como el 50% de generación limpia hacia 2030.
En este entorno, los expertos señalan la urgencia de una estrategia financiera integral para Pemex que combine eficiencia operativa, reducción de pasivos y alianzas estratégicas, sin comprometer la estabilidad fiscal del país.