Oriente Medio y el precio del petróleo: geopolítica que sacude al Brent y WTI

El impacto del conflicto en Oriente Medio sobre los precios del crudo ha reconfigurado las expectativas del mercado. Las cotizaciones del Brent y WTI reflejan una creciente incertidumbre geopolítica que tensiona la economía global.

Hace 12 horas
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Petróleo & Energía
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El impacto del conflicto en Oriente Medio sobre los precios del crudo

Geopolítica y volatilidad energética: una ecuación recurrente

El impacto del conflicto en Oriente Medio sobre los precios del crudo se ha intensificado en el primer semestre de 2025. Las recientes escaladas bélicas entre Israel e Irán, los ataques a infraestructuras energéticas en el golfo Pérsico y la creciente inestabilidad en Yemen y Siria han reavivado el temor a una disrupción significativa del suministro de petróleo global. Como resultado, el barril de Brent ha superado los 91 dólares y el WTI se acerca a los 88 dólares, niveles que no se veían desde mediados de 2022, cuando la invasión rusa a Ucrania provocó un repunte similar.

Estos movimientos no solo responden a fundamentos del mercado, sino a un cálculo geoestratégico: la región concentra cerca del 30% del suministro global de crudo y controla rutas clave como el estrecho de Ormuz, por donde transita aproximadamente el 20% del comercio mundial de petróleo, según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA).

La dimensión estratégica del petróleo en conflicto

Históricamente, los conflictos en Oriente Medio han actuado como disparadores de alzas súbitas en los precios del petróleo. Desde la guerra Irán-Irak en los años ochenta hasta la Primavera Árabe en 2011, los mercados energéticos han reaccionado con sensibilidad extrema ante cualquier amenaza en la región. En 2025, este patrón se repite, amplificado por una mayor interdependencia energética global y una transición energética aún incompleta.

Las hostilidades entre Israel e Irán han involucrado ataques cruzados con drones a refinerías y oleoductos estratégicos, lo que ha obligado a varias empresas internacionales a suspender operaciones o reducir su producción en zonas de riesgo. ExxonMobil y TotalEnergies han alertado en sus informes de riesgo trimestrales sobre posibles interrupciones logísticas, y firmas como Vitol y Trafigura han redirigido envíos ante la amenaza creciente en el mar Rojo y el estrecho de Ormuz.

Efectos inmediatos sobre Brent y WTI

La cotización del Brent y el WTI —referentes del petróleo europeo y estadounidense respectivamente— ha respondido con incrementos sostenidos desde abril de 2025. El Brent superó los 91 dólares por barril el 25 de junio, mientras que el WTI alcanzó los 87,90 dólares, según datos de Bloomberg y la U.S. Energy Information Administration (EIA).

Este alza está relacionada con una combinación de factores: reducción en la producción de crudo iraní, alteraciones en el flujo logístico del crudo saudita, e incertidumbre sobre la respuesta de la OPEP+. Aunque la organización liderada por Arabia Saudita y Rusia ha mantenido sus recortes voluntarios de producción desde 2023, los nuevos eventos han presionado a varios países para considerar una flexibilización de cuotas con el fin de estabilizar el mercado.

Además, la percepción de riesgo geopolítico ha incrementado la prima de seguridad sobre el precio del crudo, alimentando la especulación en los mercados de futuros. Esta situación crea un círculo vicioso: a mayor riesgo, mayor especulación, lo que a su vez eleva aún más los precios.

Repercusiones económicas globales

El encarecimiento del crudo tiene efectos directos sobre la inflación, el transporte, la industria petroquímica y la política monetaria global. Economías importadoras netas, como la Unión Europea, Japón o India, enfrentan mayores costos energéticos en un contexto de crecimiento moderado y fragilidad postpandémica.

Según el FMI, un aumento sostenido de 10 dólares por barril puede añadir hasta 0.4 puntos porcentuales a la inflación global anual. Esto tensiona a los bancos centrales, que deben equilibrar políticas de tasas de interés con los riesgos de una recesión inducida por la energía. En Estados Unidos, la Reserva Federal ha advertido sobre el impacto del precio del petróleo en la estabilidad del consumo interno, mientras que en América Latina países como Chile o Perú ya reflejan aumentos en los precios de combustibles y alimentos.

El componente estructural: transición y dependencia

Más allá del choque coyuntural, el conflicto revela una vulnerabilidad estructural: la persistente dependencia mundial del petróleo. A pesar de los avances en energías renovables y eficiencia energética, el mundo sigue utilizando cerca de 100 millones de barriles diarios, según datos de la IEA. La transición energética, aunque en marcha, no es aún capaz de desacoplar la economía global del crudo.

Esto otorga a los conflictos en Oriente Medio un efecto sistémico. Mientras el suministro energético mundial dependa de zonas geopolíticamente inestables, los mercados seguirán expuestos a volatilidades abruptas. La diversificación de fuentes, el fortalecimiento de reservas estratégicas y el impulso a tecnologías limpias son medidas urgentes, pero insuficientes en el corto plazo.

Riesgos a mediano plazo y posibles escenarios

Los analistas de Rystad Energy y JP Morgan advierten que, si el conflicto se intensifica o involucra directamente a actores como Arabia Saudita o los Emiratos Árabes Unidos, el precio del Brent podría superar los 100 dólares por barril en el tercer trimestre de 2025. Incluso sin disrupciones físicas, la percepción de riesgo basta para tensionar el mercado.

En el escenario opuesto, una desescalada negociada o la mediación internacional podrían estabilizar los precios en torno a los 85 dólares, si la OPEP+ mantiene su disciplina. Sin embargo, la inestabilidad estructural del Medio Oriente y la fragmentación de actores militares no estatales dificultan una solución duradera.

Una lección recurrente con efectos globales

El impacto del conflicto en Oriente Medio sobre los precios del crudo reafirma una constante histórica: la energía y la geopolítica están profundamente entrelazadas. Mientras el sistema económico mundial dependa de zonas de alta inestabilidad, los mercados seguirán expuestos a episodios de volatilidad severa. Lo que ocurre en el estrecho de Ormuz resuena en las estaciones de servicio de todo el mundo.

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