El parque eólico es uno de los pilares fundamentales en la transición hacia un modelo energético sostenible. Esta tecnología, que aprovecha la fuerza del viento para generar electricidad mediante aerogeneradores, ha ganado terreno globalmente en las últimas décadas. Según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA), en 2024, la capacidad instalada de energía eólica superó los 1,000 GW en el mundo, impulsada por políticas climáticas y avances tecnológicos. Pero ¿cómo surgieron los parques eólicos y qué naciones encabezaron esta transformación? En este artículo exploramos qué es un parque eólico, su historia y los países pioneros en su desarrollo.
¿Qué es un parque eólico y cómo funciona?
Un parque eólico es una instalación compuesta por un conjunto de aerogeneradores dispuestos en una zona específica para aprovechar el viento como fuente de energía eléctrica. Los aerogeneradores transforman la energía cinética del viento en energía mecánica y, posteriormente, en electricidad mediante un generador.
Existen dos tipos principales de parques eólicos:
- Parques eólicos terrestres (onshore): ubicados en tierra firme, son más comunes por su menor costo de instalación y mantenimiento.
- Parques eólicos marinos (offshore): instalados en el mar, donde los vientos son más constantes y potentes, aunque con mayor inversión inicial.
El diseño de un parque eólico requiere estudios precisos sobre velocidad del viento, impacto ambiental, conexión a red eléctrica y viabilidad económica. Las turbinas modernas pueden superar los 150 metros de altura y generar hasta 15 MW cada una, dependiendo del modelo.
Breve historia de la energía eólica
El aprovechamiento del viento no es nuevo. Civilizaciones como la mesopotámica o la egipcia ya usaban molinos para tareas agrícolas y de bombeo. En el siglo XI, los persas perfeccionaron estos sistemas, y durante la Edad Media, los molinos se expandieron por Europa, especialmente en los Países Bajos.
La conversión del viento en electricidad comenzó en el siglo XIX. En 1887, el escocés James Blyth construyó la primera turbina eólica para uso doméstico. Poco después, el danés Poul la Cour desarrolló modelos más eficientes, posicionando a Dinamarca como pionera. Sin embargo, el auge de los combustibles fósiles detuvo su expansión hasta la crisis energética de los años 70, que reactivó el interés en las fuentes renovables.
En la década de 1990, con la preocupación ambiental en aumento, los parques eólicos comenzaron a proliferar, sobre todo en Europa. En 2001, la Unión Europea lanzó políticas para incentivar su instalación, mientras que China y Estados Unidos iniciaron sus propios programas de desarrollo masivo.
Países pioneros en el desarrollo de parques eólicos
Varios países desempeñaron un papel central en la historia e implementación de parques eólicos modernos:
- Dinamarca: Considerada la cuna de la energía eólica moderna. En 1979 se instaló el parque eólico Tvindkraft, aún operativo. Además, en 1991, Dinamarca inauguró el primer parque eólico marino del mundo en Vindeby.
- Alemania: Líder en la expansión eólica durante las décadas de 1990 y 2000. Su programa «Energiewende» impulsó subsidios y marcos legales que facilitaron el crecimiento. Hoy cuenta con más de 60 GW de capacidad eólica instalada.
- Estados Unidos: Desde la Ley de Políticas Energéticas de 1992, el país ha invertido en renovables. El estado de Texas es líder nacional, con parques como Roscoe Wind Farm, uno de los mayores del mundo.
- China: A partir de 2005, China multiplicó su capacidad eólica. En 2023 superó los 400 GW instalados, convirtiéndose en el mayor productor mundial. Su estrategia incluye ambiciosos desarrollos offshore en el Mar de China Meridional.
- España: Entre 2000 y 2010, implementó incentivos fiscales que consolidaron a empresas como Iberdrola o Acciona. Actualmente, la eólica cubre cerca del 24% de la electricidad del país.
Impacto ambiental y beneficios estratégicos
Los parques eólicos ofrecen múltiples ventajas frente a fuentes fósiles. Son una energía limpia, sin emisiones directas de CO₂, y reducen la dependencia energética del exterior. Además, contribuyen a la diversificación de la matriz energética y generan empleos locales en zonas rurales.
No obstante, también existen desafíos: impacto visual, ruido, interferencias con la fauna (particularmente aves y murciélagos), y requerimientos de espacio. Aun así, los avances en planificación ambiental y mejoras tecnológicas han mitigado muchos de estos efectos.
En términos estratégicos, la energía eólica aporta resiliencia frente a la volatilidad de los precios del gas y del petróleo, lo que la convierte en una herramienta clave para la seguridad energética nacional.
Proyecciones y evolución futura de los parques eólicos
La Agencia Internacional de Energía estima que para 2030 la energía eólica deberá representar el 20% de la generación eléctrica global si se quieren cumplir los objetivos climáticos del Acuerdo de París. Nuevas tendencias como los parques eólicos flotantes, la hibridación con energía solar y el uso de inteligencia artificial para optimización operativa marcan el rumbo del sector.
Además, países como Brasil, India y Vietnam están emergiendo como nuevos polos de desarrollo, mientras que empresas globales como Siemens Gamesa, Vestas y GE Renewable Energy lideran la innovación tecnológica.
Energía del viento: clave para un futuro sostenible
El parque eólico ha dejado de ser una curiosidad experimental para convertirse en un componente esencial del sistema energético moderno. Desde Dinamarca hasta China, el viento ha demostrado ser una fuerza confiable, limpia y estratégica para abastecer la demanda creciente de electricidad.
Su historia es una lección de adaptación tecnológica y visión a largo plazo. A medida que la urgencia climática se intensifica, el despliegue de parques eólicos representa no solo una solución viable, sino también un símbolo de la transformación energética global.
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