El resurgimiento de la energía nuclear: una respuesta estratégica a la creciente demanda energética global

La energía nuclear, tras décadas de controversia y una percepción pública generalmente desfavorable, está experimentando un resurgimiento global en 2025. Impulsada por apagones recientes, la presión climática, el aumento de la demanda energética y avances tecnológicos significativos, esta fuente vuelve a posicionarse como una solución viable. Países como España, Alemania, Suiza, Estados Unidos y China están reconsiderando su rol en la transición energética del siglo XXI.

JUNIO 12 , 2025
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En un contexto global marcado por la creciente demanda eléctrica y la necesidad de reducir emisiones, la energía nuclear vuelve a posicionarse como una alternativa estratégica. Tras años de escepticismo y cierres progresivos, varios países reconsideran su papel en la matriz energética para garantizar estabilidad, seguridad y sostenibilidad.

España: entre la urgencia y la reevaluación

En abril de 2025, un apagón de gran escala paralizó temporalmente amplias zonas de la Península Ibérica. Aunque el gobierno español atribuyó el incidente a fallos técnicos en subestaciones clave, numerosos expertos y actores industriales pusieron el foco en la excesiva dependencia de fuentes renovables intermitentes, como la solar y la eólica, sin respaldo suficiente de almacenamiento o generación estable.

Actualmente, alrededor del 20% de la electricidad española proviene de centrales nucleares. No obstante, existen planes gubernamentales para cerrar todas las instalaciones nucleares antes de 2035. Este calendario ahora enfrenta una revisión crítica. Empresas energéticas como Endesa, Iberdrola y Naturgy han iniciado campañas para prolongar la vida útil de las plantas existentes. Argumentan que la energía nuclear, al ofrecer una producción constante y libre de emisiones de carbono, es crucial para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico nacional.

Además, en sectores industriales intensivos en energía, como el metalúrgico y el químico, la preocupación es creciente ante posibles futuras interrupciones del suministro. Esto ha incrementado la presión para que el gobierno replantee sus políticas energéticas en favor de una matriz más equilibrada.

Alemania: pragmatismo en tiempos de tensión energética

Tras cerrar sus últimas plantas nucleares en 2023, Alemania ha tenido que enfrentarse a los efectos colaterales de esa decisión. En 2025, los costos energéticos continúan siendo altos, y la dependencia del gas natural, especialmente de importaciones, ha provocado tensiones tanto económicas como geopolíticas.

Ante este contexto, el gobierno del nuevo canciller Friedrich Merz anunció en mayo de 2025 una modificación sustancial de la postura energética nacional. Aunque no se contempla reabrir las centrales cerradas, Alemania ha empezado a apoyar el reconocimiento de la energía nuclear como fuente baja en emisiones dentro del marco legislativo de la Unión Europea. Este cambio, aunque simbólico en un primer momento, podría allanar el camino para colaboraciones internacionales, especialmente con Francia, en el desarrollo de nuevas tecnologías nucleares y estrategias comunes de defensa energética.

Suiza: seguridad energética ante todo

Suiza genera cerca del 29% de su electricidad mediante energía nuclear, pero la antigüedad de sus reactores ha encendido las alarmas sobre la capacidad del país para mantener la seguridad energética a largo plazo. En respuesta, en abril de 2025, el gobierno propuso eliminar la prohibición vigente desde 2018 que impedía construir nuevas plantas nucleares.

Este cambio legislativo se enmarca en una visión más amplia que busca asegurar el suministro eléctrico frente al envejecimiento de la infraestructura actual, cumplir los objetivos climáticos y reducir la dependencia de importaciones. El levantamiento de la prohibición incluiría condiciones estrictas en materia de seguridad, transparencia y sostenibilidad, lo que refleja la sensibilidad del tema en la opinión pública suiza.

Estados Unidos: innovación impulsada por el sector tecnológico

Bajo la administración del presidente Donald Trump, el gobierno de Estados Unidos ha priorizado la revitalización del sector nuclear como parte de su estrategia energética. En mayo de 2025, se firmaron órdenes ejecutivas que facilitan la aceleración de licencias para nuevas plantas, incentivan la producción doméstica de uranio y fomentan la inversión privada en tecnología nuclear avanzada.

Uno de los pilares clave del nuevo impulso estadounidense son los reactores modulares pequeños (SMRs, por sus siglas en inglés), considerados más seguros, eficientes y económicamente viables que las plantas tradicionales. Grandes empresas tecnológicas como Microsoft, Amazon y Meta han invertido directamente en este tipo de proyectos para alimentar sus centros de datos, cuya demanda eléctrica se ha disparado debido al uso intensivo de inteligencia artificial.

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Sin embargo, el camino no está exento de obstáculos. Expertos advierten sobre desafíos regulatorios, falta de infraestructura de suministro y la necesidad de estándares técnicos uniformes que aseguren la viabilidad a largo plazo de los SMRs.

China: liderazgo sostenido en energía nuclear

China continúa consolidando su posición como líder global en expansión nuclear. En abril de 2025, anunció la aprobación de diez nuevos reactores en cinco regiones estratégicas, en lo que constituye una de las mayores inversiones nucleares de su historia reciente.

El objetivo del país es doble: garantizar una base energética sólida para su crecimiento económico y reducir significativamente su dependencia del carbón, una de las principales fuentes de emisiones contaminantes en su territorio. Además, China ha avanzado en la implementación de tecnologías nucleares de vanguardia, como el reactor modular HTR-PM, que ya opera comercialmente desde 2023.

Estos desarrollos reflejan una estrategia estatal clara que combina soberanía energética, innovación tecnológica y compromiso ambiental, en un contexto geopolítico donde la autosuficiencia energética es cada vez más estratégica.

Perspectiva global: la energía nuclear como pilar de la transición

En 2025, el resurgimiento de la energía nuclear es evidente en diversos frentes. Desde países que reconsideran cierres previamente planificados, hasta economías emergentes que apuestan por nuevas tecnologías, la tendencia global apunta hacia una reevaluación del rol de lo nuclear en la transición energética.

La energía nuclear ofrece ventajas clave: producción constante, bajas emisiones de carbono y capacidad de integración con redes inteligentes. No obstante, también plantea desafíos importantes, como la gestión de residuos radiactivos, los elevados costos iniciales y la resistencia social en algunos países.

Para consolidar su lugar en un sistema energético sostenible, será esencial avanzar en innovación tecnológica, fortalecer la colaboración internacional y diseñar marcos regulatorios que promuevan la transparencia, la seguridad y la aceptación pública.

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