Estrategias de desarrollo para América Latina: el giro imprescindible hacia la sostenibilidad y la inclusión

América Latina enfrenta un punto de inflexión. Las estrategias de desarrollo deben evolucionar hacia modelos más inclusivos, verdes y resilientes, según la OCDE.

Hace 8 horas
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América Latina atraviesa un momento decisivo. La fragilidad institucional, la alta desigualdad y los bajos niveles de productividad hacen evidente que las estrategias de desarrollo para América Latina deben renovarse con urgencia. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) propone un enfoque transformador que combine sostenibilidad, digitalización e inclusión como ejes centrales para un futuro más resiliente y equitativo en la región.

Un modelo agotado: la necesidad de un nuevo pacto social

Durante décadas, América Latina apostó por un modelo económico centrado en la exportación de materias primas, con resultados mixtos. Si bien permitió cierto crecimiento, no logró consolidar instituciones fuertes ni mejorar la cohesión social. La OCDE advierte que este patrón ha alcanzado sus límites, especialmente tras los impactos de la pandemia de COVID-19, que exacerbó las debilidades estructurales preexistentes: pobreza, informalidad laboral y sistemas fiscales regresivos.

En su informe de estrategias regionales (2023–2024), la OCDE subraya que el PIB per cápita en América Latina sigue siendo apenas el 30 % del promedio de los países miembros de la organización, con notorias disparidades entre países. Además, cerca del 60 % de los trabajadores en la región siguen en condiciones informales, sin acceso a seguridad social ni protección frente a shocks económicos.

El organismo propone reconstruir el contrato social mediante reformas integrales: fortalecer el Estado de derecho, mejorar la eficiencia tributaria e invertir decididamente en salud, educación e infraestructura básica.

Productividad, digitalización y gobernanza: ejes de transformación

Un desafío estructural clave en la región es la baja productividad. La OCDE sostiene que las políticas industriales deben enfocarse no solo en modernizar sectores estratégicos, sino también en integrar tecnologías digitales en las cadenas de valor. Esto implica invertir en conectividad, digitalización de las PYMES y capacitación técnica de la fuerza laboral.

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En el documento “Latin American Development Strategies”, la OCDE plantea que las nuevas estrategias deben girar en torno a tres vectores:

  1. Transformación digital justa: Aprovechar la digitalización para cerrar brechas urbanas-rurales y de género.
  2. Política fiscal progresiva: Aumentar la recaudación de manera equitativa para financiar servicios públicos universales.
  3. Gobernanza eficiente y transparente: Impulsar la participación ciudadana y la rendición de cuentas.

Además, señala que los países con sistemas de protección social más sólidos y gobiernos más eficaces pudieron responder mejor a los choques recientes, como el colapso del comercio global o las crisis climáticas locales. Esto refuerza la urgencia de reforzar las capacidades institucionales.

Oportunidades estratégicas: pactos verdes, inversión social y cooperación regional

La OCDE insta a los gobiernos latinoamericanos a adoptar un pacto verde como piedra angular del nuevo desarrollo. Las economías deben descarbonizarse, mejorar la eficiencia energética y fomentar empleos verdes. Esto no solo es una exigencia ambiental: también representa una oportunidad para atraer inversión extranjera directa y diversificar la base productiva.

México, Chile y Colombia, por ejemplo, ya están dando pasos hacia una transición energética, pero aún enfrentan desafíos regulatorios y de financiamiento. La cooperación regional puede acelerar esta transformación, articulando plataformas comunes para la innovación tecnológica, el comercio verde y la educación para la sostenibilidad.

Asimismo, el informe de la OCDE destaca la importancia de las políticas redistributivas y el fortalecimiento del tejido social. Programas como transferencias monetarias condicionadas, acceso a educación preescolar universal y sistemas de pensiones inclusivos han mostrado resultados positivos en varios países, pero necesitan mayor cobertura y financiamiento sostenible.

En materia de inversión pública, la OCDE recomienda priorizar sectores con alto impacto multiplicador: salud, transporte sostenible, infraestructura digital y vivienda digna.

Una visión estratégica para un nuevo ciclo de desarrollo

La región no puede seguir postergando reformas estructurales. Las estrategias de desarrollo para América Latina requieren una visión integradora, que combine crecimiento económico con equidad y sostenibilidad ambiental. El enfoque tradicional ya no basta: se necesita liderazgo político, voluntad reformista y marcos institucionales sólidos.

Los próximos años serán determinantes. Un nuevo ciclo de desarrollo regional dependerá de la capacidad de cada país para articular políticas coherentes, establecer pactos sociales legítimos y utilizar de forma estratégica su inserción global. Las ventanas de oportunidad existen, pero serán temporales si no se aprovechan con políticas públicas bien diseñadas.

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