El potencial energías renovables México: una oportunidad histórica
México se encuentra hoy ante una oportunidad única: aprovechar un potencial energético renovable tan vasto que, con la estrategia correcta, podría revolucionar su matriz eléctrica y posicionarse como líder regional en energía limpia. Ese camino exige una articulación firme entre experiencia técnica, marco regulatorio, inversión tanto pública como privada, y credibilidad institucional.
Recursos renovables: una riqueza natural desbordada
El territorio mexicano se destaca por su riqueza en recursos renovables. Según estudios técnicos, el país cuenta con un potencial de aproximadamente 24 918 GW de solar fotovoltaica, 3 669 GW de eólica, 2,5 GW de geotermia y 1,2 GW adicionales de hidroeléctricas existentes, suficientes para cubrir la demanda eléctrica nacional cien veces. Otro análisis del Laboratorio Nacional de Energía Renovable de EE.UU. coincide, estimando 24 918 GW solares y 3 669 GW eólicos. SENER también anticipa que, de aquí a 2032, se podría instalar una capacidad renovable hasta de 32 307 GW, con 31 144 GW solo de solar.
Estos recursos se distribuyen en zonas privilegiadas: 85 % del país es óptimo para energía solar, con irradiación cercana a 5,5 kWh/m² diarios en Sonora, Chihuahua o Baja California; mientras que el istmo de Tehuantepec, Yucatán, Tamaulipas y Baja California cuentan con de los mejores corredores eólicos en el mundo, con velocidades superiores a los 10 m/s. Geotérmicamente, México está entre las naciones con mayor potencial, con estimaciones de hasta 200 GW, capaces de cubrir cerca del 17 % de la demanda energética.
El avance actual: una capacidad instalada en crecimiento, pero aún modesta
En la actualidad, la capacidad instalada de energías renovables ha crecido de forma notable: pasó de 17 412 MW en 2015 a 34 036 MW en 2024, casi duplicando su tamaño. Este impulso fue impulsado por subastas eléctricas de largo plazo iniciadas en 2015, que generaron compromisos de inversión por más de US 2 600 millones. La energía eólica fue la más beneficiada, creciendo de 3 271 MW a 7 318 MW en el mismo período.
Sin embargo, el ritmo se ralentizó después de 2019: de los 6 541 MW alcanzados por entonces, solo se agregaron 777 MW hasta 2024. En el sector solar, a finales de 2023 México tenía 10,8 GW fotovoltaicos instalados, de los cuales 44 % correspondía a generación distribuida (3,3 GW), y 4,5 GW th de solar térmica, convirtiéndose en el segundo mercado más grande de América Latina.
El desafío regulatorio y de infraestructura
A pesar del enorme potencial y el progreso, varias barreras persisten. La red eléctrica sigue siendo frágil y obsoleta, con congestión que impide la conexión de nuevos proyectos renovables. La amortiguación de subastas eléctricas y la falta de claridad sobre costos de transmisión (‘porteo’) han dejado en pausa proyectos por hasta US 10 000–15 000 millones, incluyendo siete parques eólicos con 800 MW que no han podido conectarse.
Además, según Reuters, el nuevo plan energético permite a productores privados generar solo hasta 9,55 GW de renovables para 2030, mientras que el Estado se fortalece. También existe tensión entre las prioridades estatales de CFE y el impulso al sector privado, lo que genera incertidumbre legal y operativa.
La nueva agenda energética y sus metas ambiciosas
La Administración actual ha fijado metas claras: alcanzar el 45 % de electricidad a partir de renovables para 2030, con una reforma aprobada en marzo de 2025 que añade 23 GW adicionales a la capacidad eléctrica y reserva 46 % de la generación al sector privado. El plan implica una inversión pública de US 23,4 mil millones y se espera intensificar la inversión privada.
También se ha establecido un marco legal para almacenamiento energético, y PRODESEN prevé instalar 8,4 GW de almacenamiento para 2038, clave para integrar las renovables de manera confiable.
Experiencia e innovación como elementos clave
El liderazgo técnico del sector privado también se destaca. Iberdrola México, por ejemplo, ha invertido en I D +i, economía circular (reciclaje de palas y paneles), y soluciones como hidrógeno verde, amoniaco verde, calor industrial y almacenamiento térmico, con una meta de neutralidad en emisiones propia para 2030. Esto evidencia un alto nivel de experiencia y credibilidad en el diseño de soluciones integrales frente al cambio climático.
Hacia un verdadero liderazgo renovable
México puede liderar en energía limpia, no solo por recursos, sino por posicionamiento. Con condiciones similares a Texas (uno de los mayores mercados solares y eólicos de EE.UU.), pero con mayor irradiación y viento, el país puede ser un referente regional.
Lograrlo requiere:
- Acelerar inversiones públicas y privadas en redes, almacenamiento y generación distribuida.
- Restablecer mecanismos competitivos como subastas.
- Garantizar regulación clara y certidumbre jurídica.
- Incentivar innovación en energías emergentes (bioenergía, oceanos, geotermia avanzada).
- Articular esquemas financieros sólidos y confiables.
Un futuro convergente: potencia renovable, desarrollo y soberanía energética
El potencial de energías renovables en México es real, inmenso y bien documentado. Si se logra articular experiencia, inversiones estratégicas, marco regulatorio claro y liderazgo público–privado, este país podría cerrar la era de dependencia fósil, ganar soberanía energética y convertirse en una potencia limpia, competitiva y resiliente.
Hacia un México limpio, competitivo y sostenible
Con recursos naturales privilegiados, bases técnicas sólidas y una agenda energética clara, el país puede dejar de ser promesa y convertirse en referente real de transición energética. El reto es estratégico, pero claramente viable con voluntad, visión y acción decidida.
Te invito a leer:
Inteligencia artificial espacial: energía optimizada desde la órbita