Trazabilidad en minerales críticos: la pieza clave para cadenas sostenibles y seguras

La transición energética depende de cadenas de suministro confiables y responsables de minerales críticos. La trazabilidad, cuando se implementa con rigor técnico y cooperación internacional, permite reducir riesgos sociales, ambientales y geopolíticos, fortaleciendo la seguridad energética global.

Hace 2 horas
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La aceleración de la transición energética global ha disparado la demanda de minerales críticos como litio, níquel, cobalto, cobre o tierras raras. Sin embargo, este auge también intensifica riesgos ambientales, sociales y geopolíticos que pueden comprometer el suministro. En este escenario, la trazabilidad en minerales críticos emerge como una herramienta estratégica para construir cadenas de suministro responsables, resilientes y alineadas con los objetivos climáticos.

La urgencia de cadenas responsables en la transición energética

La Agencia Internacional de Energía (IEA) proyecta que la demanda de minerales para tecnologías limpias se duplicará entre 2025 y 2030, y en escenarios más ambiciosos, como el de Emisiones Netas Cero al 2050, podría casi triplicarse en apenas cinco años. Esto implicará desarrollar alrededor de 150 nuevas minas, plantas de procesamiento y refinerías, con un impacto profundo sobre comunidades, ecosistemas y mercados globales.

No abordar los riesgos ESG —desde violaciones laborales y conflictos territoriales hasta corrupción o degradación ambiental— puede derivar en litigios, pérdida de inversión, bloqueos sociales e incluso cierres operativos. Además, podría retrasar el despliegue de tecnologías limpias y aumentar la dependencia de proveedores geopolíticamente vulnerables.

Qué es la trazabilidad y por qué es estratégica

La trazabilidad se define como la capacidad de determinar el origen, trayectoria geográfica, cadena de custodia y evolución física de un mineral desde la extracción hasta el producto final. Esta información permite a gobiernos, empresas y consumidores conocer no solo de dónde provienen los materiales, sino también cómo se transformaron, quiénes participaron en su manejo y bajo qué estándares ESG.

Integrar datos sobre emisiones, propiedad beneficiaria, cumplimiento legal o condiciones laborales refuerza las decisiones empresariales y las políticas públicas. Además, facilita la diferenciación de productos sostenibles, abre mercados con requisitos regulatorios estrictos y puede incluso generar primas de precio para materiales trazables.

Un ecosistema normativo en rápida evolución

Desde 2010, diversas legislaciones han impulsado la trazabilidad en el sector minero. Entre las más relevantes destacan:

  • Sección 1502 del Dodd-Frank Act (EE. UU.), que obliga a reportar el uso de minerales 3TG (estaño, tantalio, tungsteno y oro) provenientes de zonas en conflicto.
  • Reglamento de Minerales en Conflicto de la UE, que exige debida diligencia y sistemas de transparencia en las cadenas de suministro.
  • Batería Passport de la UE (2023), que establece requisitos mínimos de trazabilidad y divulgación ESG para baterías.
  • Ley de Autorización de Defensa Nacional (EE. UU., 2023), que desde 2025 exigirá demostrar el origen de tierras raras desde la extracción hasta el refinado.
  • Regulación de Tierras Raras (China, 2024), que obliga a las empresas a registrar el flujo de productos y alimentar sistemas nacionales de trazabilidad.

En América Latina, Colombia implementó en 2024 un sistema de trazabilidad gestionado por la Agencia Nacional de Minería, mientras que Indonesia lanzó SIMBARA para monitorear níquel y estaño. Estas iniciativas marcan un cambio estructural: el acceso a mercados estratégicos dependerá cada vez más de información verificable sobre el origen y la sostenibilidad de los minerales.

Claves técnicas para sistemas de trazabilidad eficaces

Diseñar sistemas robustos exige más que voluntad política. Según la IEA y la OCDE, un esquema eficaz debe incluir cuatro pilares esenciales:

  1. Infraestructura técnica adecuada: elegir herramientas interoperables y rentables que se adapten a la complejidad de cada cadena.
  2. Datos verificables y estandarizados: recopilar información precisa sobre origen, ruta, cadena de custodia y evolución física, incorporando métricas ESG.
  3. Colaboración a lo largo de la cadena: establecer esquemas de reparto de costos, protocolos seguros de intercambio de datos y roles claramente definidos.
  4. Gobernanza y verificación sólidas: garantizar la credibilidad de los sistemas mediante mecanismos independientes de auditoría y certificación.

Estándares internacionales como ISO 22095:2020 (modelos de cadena de custodia) o ISO 23664:2021 (trazabilidad de tierras raras) constituyen el marco técnico básico, mientras que iniciativas como The Copper Mark o la Solar Stewardship Initiative avanzan hacia certificaciones más completas que integran prácticas responsables desde la mina.

De la teoría a la acción: hoja de ruta en ocho pasos

La IEA propone una hoja de ruta de ocho pasos para que gobiernos y empresas implementen sistemas eficaces de trazabilidad:

  1. Definir objetivos de política y comprender el contexto de la cadena.
  2. Seleccionar los productos prioritarios.
  3. Determinar qué información debe recopilarse y compartirse.
  4. Identificar a los operadores clave.
  5. Promover protocolos de interoperabilidad.
  6. Establecer mecanismos de confianza.
  7. Crear incentivos económicos y regulatorios.
  8. Fomentar la cooperación internacional para el intercambio de datos.

Este enfoque progresivo evita imponer exigencias técnicas inalcanzables, promueve la inclusión de actores de pequeña escala y minimiza el riesgo de exclusión de países en desarrollo.

Trazabilidad como herramienta para una transición justa

La trazabilidad en minerales críticos no es un fin en sí mismo, sino un medio para construir cadenas de suministro sostenibles, inclusivas y seguras. Su éxito dependerá de combinar avances tecnológicos con marcos regulatorios coherentes, esquemas de cooperación internacional y mecanismos de verificación confiables.

En un mundo donde el acceso a minerales estratégicos será determinante para la competitividad industrial y la seguridad energética, invertir en trazabilidad no es solo una decisión técnica: es una decisión geopolítica y climática. Las economías que adopten esta agenda con visión de largo plazo liderarán la nueva arquitectura de la transición energética.

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La geopolítica de los minerales críticos y la dependencia de China: estrategias globales en 2025

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