El uso de la energía solar en Australia ha sido superado en los últimos años, gracias a la riqueza de la región para utilizar la energía solar y eólica, es que se han instalado cerca de 4 millones de paneles solares en los tejados de casas. Sumando cerca de 25 GW limpios en la red australiana.
Por otro lado, la alta demanda ha generado desafíos técnicos en la red con sobrecargas eléctricas, pues tan solo en 2024, se sumaron cerca de 300 mil tejados solares más, añadiendo 3 GW a la red eléctrica australiana.
De acuerdo con el Clean Energy Council (CEC), en 2024 los sistemas solares domésticos generaron 30.178 GWh de electricidad, equivalentes al 12,4 % del suministro total de energía del país. Solo durante la segunda mitad del año se instalaron más de 159 mil nuevos sistemas, cifra que refleja la creciente apuesta de los australianos por controlar su consumo y reducir sus facturas. En promedio, cada hogar con paneles solares ahorra 1.500 dólares australianos anuales, según datos del organismo.
“Más de cuatro millones de hogares y empresas australianas han adoptado la energía solar en sus tejados”, menciona el responsable de energía distribuida del CEC, aunque detalla que la falta de baterías domésticas limita el verdadero potencial del autoconsumo.
Actualmente, solo el 4,5 % de los hogares solares cuenta con una batería, pese a que su instalación podría duplicar el ahorro energético. El costo inicial, estimado entre 12,000 y 15,000 dólares australianos, sigue siendo una barrera para la mayoría. Por ello, el CEC impulsa la campaña “Es hora de respaldar las baterías”, que propone un subsidio de hasta 6,500 dólares por hogar para hacer más accesible el almacenamiento energético.
El energy council destaca también que, un programa nacional de reembolso de baterías permitiría a los consumidores decidir cuándo generar, usar y almacenar su electricidad, además de reducir significativamente las facturas de energía.
Riesgo de saturación de la red
El crecimiento acelerado del autoconsumo también plantea desafíos técnicos. El Consejo de Energía, Medio Ambiente y Agua, menciona que la alta penetración solar podría desestabilizar la red eléctrica, especialmente durante las tardes, cuando la generación solar alcanza su pico y la demanda disminuye.
“Estados como Australia del Sur ya enfrentan momentos en que la producción solar supera la demanda, lo que obliga a los operadores a desconectar parte de la generación”, señaló un informe del consejo. Esta situación ha fortalecido el poder de mercado de los generadores de gas, que son llamados a equilibrar la oferta energética durante los picos de producción solar.
Para evitar una crisis de saturación, el Gobierno australiano ha destinado 200 millones de dólares para promover baterías comunitarias y probar modelos de “plantas de energía virtuales”, donde empresas agregadoras gestionan de forma remota la energía de los usuarios y les pagan por contribuir al balance de la red.
Potencial aún sin aprovechar
A pesar del avance, el Energy Council estima que los hogares solo han explotado una cuarta parte del potencial solar total que puede desarrollarse en el país. Al menos un 69 % de las instalaciones corresponde a viviendas unifamiliares, pero sectores como los hogares de bajos ingresos, los inquilinos y los residentes de departamentos aún enfrentan limitaciones para sumarse al autoconsumo.
Para revertir esta medida, el Gobierno ha puesto en marcha programas de incentivos, préstamos subsidiados, proyectos solares comunitarios y modelos de suscripción solar, con el objetivo de democratizar el acceso a la energía limpia.
En medio de este boom solar, los analistas concluyen que, si bien Australia es un ejemplo global de transición energética, su éxito dependerá de cómo gestione la sobrecarga de su propia red eléctrica. Sin una infraestructura de almacenamiento masivo y una regulación flexible, el país podría ver cómo su mayor logro ambiental se convierte en su nuevo desafío energético.