La cuarta temporada de The Bear, disponible en Disney+, no solo consolida su lugar como una de las series más aclamadas del momento. También convierte a Chicago en una auténtica meca para los foodies que saben que detrás de cada gran platillo hay una gran historia. Lejos de sets artificiales, la serie se filmó en locaciones reales que reflejan el pulso gastronómico de una ciudad compleja, diversa y profundamente sabrosa.
Mr. Beef: donde todo comenzó
Ubicado en River North, este modesto local fue el set original de “The Beef” en las primeras temporadas. Su Italian Beef —mojado, como dicta la tradición— es un clásico sin florituras, lleno de sabor e historia.
Wicker Park y West Town: mercado y café con alma
En Olivia’s Market se mezclan productos orgánicos, cafés de especialidad y comida lista para llevar. Es un punto de encuentro para los locales y una parada obligada para quienes buscan capturar el estilo de vida del barrio. A unas calles, Milli by Metric ofrece una pausa perfecta entre tiendas y galerías, con una estética minimalista y un espresso impecable.
Ukrainian Village y Gold Coast: comunidad y fine dining relajado
J&M Tap es el típico bar de vecindario donde todos se conocen. No necesita guión: su autenticidad habla sola. En contraste, Alpana, el bistró de la sommelier Alpana Singh, es la prueba de que el fine dining puede ser íntimo, sin pretensiones, y con maridajes que sorprenden.
Recomendado para ti:
The Bourbon Trail: entre barricas y colinas
Explorar más allá del centro
The Bear amplía su mapa hacia suburbios como Evanston y Glenview. Casas victorianas, calles arboladas y una atmósfera más íntima muestran otra cara del relato. Aquí, la comida también tiene un papel: como refugio, como memoria, como ancla emocional.
Bonus track: Gene & Jude’s
Aunque no aparece en pantalla, fue nombrado por la asesora culinaria de la serie como uno de sus imperdibles. Sus hot dogs son leyenda local.
Una guía no oficial con sabor a verdad
Lo que propone The Bear esta temporada no es solo drama bien escrito. Es una invitación a descubrir Chicago con el estómago y el corazón abiertos. Comer bien, aquí, se convierte en un acto narrativo. Y tú puedes formar parte.