Un paso decisivo frente al déficit energético
La inauguración de la planta solar industrial en Irak representa un hito histórico frente a décadas de apagones y dependencia energética. Ubicada en el desierto de Karbala, esta planta iniciará operaciones con 22 MW en su primera fase, con la meta de alcanzar 300 MW en plena capacidad, contribuyendo a una cobertura más estable del suministro eléctrico.
El primer ministro Mohammed Shia al‑Sudani destacó que este proyecto forma parte de una estrategia nacional de diversificación energética. Irak busca desplegar 12 000 MW en proyectos solares durante los próximos años, con la ambición de que las fuentes renovables cubran entre 15 % y 20 % de la demanda eléctrica nacional.
La planta ocupa 1 000 hectáreas y ha sido desarrollada por Al‑Bilal, Orascom Construction y la empresa noruega Scatec, aprovechando la alta irradiación solar de la región y la disponibilidad de terrenos desérticos para instalaciones de gran escala.
Contexto de urgencia: la necesidad de energías renovables
Déficit eléctrico crónico
A pesar de sus recursos petroleros, Irak enfrenta apagones constantes. La demanda de electricidad en verano supera los 50 000 MW, mientras que la capacidad real apenas alcanza los 28 000 MW, lo que obliga a importar gas de Irán para cubrir la brecha.
Efectos del clima y demanda pico
Durante olas de calor extremo, con temperaturas que superan los 50 °C, los cortes de energía afectan tanto a hogares como a industrias. Muchos ciudadanos dependen de generadores diesel, elevando costos y emisiones contaminantes.
Renovables como palanca estratégica
La planta solar industrial en Irak no solo aliviará la demanda en horas pico, sino que también reducirá el consumo de combustibles fósiles y limitará emisiones. Su integración con la red permitirá optimizar el sistema eléctrico nacional. Además, se proyectan otros desarrollos solares de gran escala, como una planta de 225 MW en Babil y una instalación de 1 000 MW en Basra, consolidando un modelo escalonado que reduce riesgos técnicos y financieros.
Desafíos técnicos, institucionales y geopolíticos
Integración a la red
Para aprovechar completamente la energía solar, la red eléctrica iraquí requiere modernización: control de voltajes, almacenamiento y reducción de pérdidas.

Financiamiento y sostenibilidad
Estos proyectos demandan inversiones significativas y contratos a largo plazo. Garantizar tarifas asequibles sin comprometer la viabilidad económica será un desafío central.
Gobernanza y corrupción
Irak ha enfrentado obstáculos institucionales y problemas de continuidad administrativa en proyectos energéticos. La supervisión independiente y la transparencia son esenciales para el éxito de la planta solar industrial en Irak.
Riesgos externos
La dependencia histórica de gas y electricidad de Irán expone al país a sanciones internacionales. Este proyecto brinda autonomía parcial, pero el contexto geopolítico seguirá influyendo en la seguridad energética.
Lecciones globales y modelo regional
La planta solar industrial en Irak posiciona al país como ejemplo en Medio Oriente de cómo las naciones ricas en petróleo pueden diversificar su matriz energética. La estrategia escalonada (22 MW → 75 MW → 300 MW) permite ajustar operaciones y mejorar eficiencia.
La participación de empresas internacionales aporta capital, tecnología y experiencia regulatoria, fortaleciendo la credibilidad del proyecto y ofreciendo un modelo replicable para otros países de la región.
Mirar hacia adelante: transición energética y resiliencia
La inauguración de la planta solar industrial en Irak simboliza más que un proyecto energético: es un paso hacia la estabilidad eléctrica y la modernización de la matriz energética nacional.
Su éxito dependerá de la continuidad política, eficiencia técnica y supervisión institucional. Si se cumplen estas condiciones, Irak podría transformar la abundancia petrolera en un suministro eléctrico confiable, sostenible y resiliente. Este proyecto establece un precedente para futuras inversiones renovables y demuestra que la energía solar industrial puede ser una herramienta estratégica para naciones en transición.
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