El 20 de enero de 2025, el presidente Donald Trump firmó la Orden Ejecutiva 14162, titulada «Putting America First in International Environmental Agreements», que marcó la retirada inmediata de Estados Unidos del Acuerdo de París y de otros compromisos climáticos internacionales. Esta acción simboliza un retorno a políticas que priorizan la producción y exportación de combustibles fósiles, bajo la premisa de fortalecer la economía nacional y asegurar la independencia energética.
Además, se declaró una «emergencia energética nacional», permitiendo acelerar permisos para proyectos de petróleo y gas, y revirtiendo regulaciones ambientales establecidas durante administraciones anteriores. Estas medidas buscan aumentar la producción energética interna y reducir los precios para los consumidores.
Impacto en proyectos de energía limpia y compromisos internacionales
La administración Trump ha cancelado más de $3.7 mil millones en subvenciones para proyectos de energía limpia, incluyendo iniciativas de captura de carbono y tecnologías industriales más limpias. Esta decisión afecta directamente a proyectos como el de Exxon Mobil en Baytown, Texas, y otros en Louisiana y Texas, generando preocupaciones sobre el futuro de la innovación en tecnologías limpias en el país.
A nivel internacional, la retirada del Acuerdo de París y la promoción de combustibles fósiles por parte de Estados Unidos podrían debilitar los esfuerzos globales para combatir el cambio climático, al reducir el liderazgo y compromiso del país en iniciativas ambientales.
Reacciones y desafíos legales
Las acciones de la administración han generado críticas por parte de grupos ambientalistas, expertos en energía y líderes internacionales. Organizaciones como Earthjustice han expresado su oposición, argumentando que estas políticas priorizan los intereses de la industria de combustibles fósiles sobre la salud pública y el medio ambiente.
Además, se anticipan desafíos legales contra las órdenes ejecutivas, especialmente aquellas que afectan regulaciones ambientales y compromisos internacionales previamente establecidos.
Perspectivas y consideraciones futuras
El giro hacia los combustibles fósiles en la política energética de Estados Unidos representa un cambio significativo con posibles repercusiones a largo plazo. Si bien busca fortalecer la economía y la independencia energética, también plantea desafíos en términos de sostenibilidad ambiental y liderazgo internacional en la lucha contra el cambio climático.
La comunidad internacional y los actores internos deberán considerar estrategias para mitigar los impactos de estas políticas y continuar avanzando hacia una transición energética sostenible.
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